Algunas veces si se suman todas las preocupaciones que aguantamos y añadimos un importuno factor externo tenemos como resultado una enorme manifestación de acceso de ira. Así de fácil:

Sí. Ayer sucedió. Tarde calurosa. Sesión de cinema. Ok. Vamos a ver una peli porque otra cosa, además de ir a la playa (arg!), este pueblo-de-mierda no ofrece nada más. Eso o te pillas un pedo, claro. En fin, prosigo. Bebida isotónica, paquete de patatas. Ahá. Parece que estamos solos en la sala (una mierda de sala enana, todo sea dicho). El aire acondicionado no va bien pero la temperatura era básicamente soportable.

Y miren por donde, entra en tropel una diver-panda de adolescentes-hormonantes. Mierda! Se sientan en la última fila y no callan. Bueno, ya se callarán cuando terminen los traillers… Ja! Pues no. Tan divertidos ellos con sus voces de “me-estoy-haciendo-un-hombretón-y-doy-gallos-a-gogó” y ellas con sus minifaldas-para-sordos y pendientes de “aro-para-pasear-al-loro” de vivos colores (para atraer la atención del macho dominante de la manada, supongamos). Bien.

Pues empieza la peli y ellos no sólo es que siguiesen hablando… No, no se conformaban con eso… tenían que sacar sus armas: Los móviles. “Escucha, vieo… que politono mebajao”. Y sonaban politonos por doquier.

En este punto, ya había aguantado bastante, empecé a segregar más bilis de lo normal y opté por ser cordial. Me doy la vuelta y les pido, por favor, que se callen. Ellos se ríen. (Sí, qué gracia). Nada. Ellos como si nada.

Jiji, jaja, politono va, politono viene, frases como: “Chúpame la polla” y suspiritos fingiendo orgasmos… Para terminar de poner la guinda en el pastel de mi paciencia (qué poético!) la manada de adolescentes-hormonantes comenzó a arrojarnos pedacitos de sara (de la dura, que duele si te cae en la cabeza).

Ahá… al tercer sarazo comenzó el acceso de Ira. Me levanté con cara de “os voy a matar, malditos” y alzando la voz hasta límites insospechados empecé a bramar mi discurso. No recuerdo lo que les dije exactamente (estaba poseída, saben) pero sí les califiqué como “subnormales”, “gilipollas”, “imbéciles” etc… El macho dominante de la manada, que trepaba por los asientos, móvil en mano, volvió a sentarse. Y yo, cual heroína justiciera, salí de la sala a pedir orden a los acomodadores.

Jajejijojuuuuu…

Allí entré yo triunfal con dos escoltas-acomodadores, que cumpliendo su misión: echaron una bronca a la manada de adolescentes-hormonantes y amenazaron con echarlos (cosa que deberían haber hecho pero que no hicieron).
Ya no dieron más la tabarra. En cuanto intentaron rebelarse les solté uno de mis gritos y nada, suaves como la seda.

Mano dura necesitan! Ea! No te jode…. Me gasto mil pelas para ver una peli y encima me la van a joder. No Way…. No me conocen a mi cabreada…
..(espero que no tengan ocasión de verlo)... Es que no respondo. Y si me hubiese calentado más, no duden ni por un momento, que a alguno de esos le hubiese caído una buena hostia… Uy, que me hierve la sangre…
No contenta con eso, me quedé con sus caras y a la salida me paré delante de ellos para decirles el asco y la pena que me provocaban.

En fin, ya sé que no es para tanto (I know)… pero lo dicho, se te une todo (la central-la triste economía-el calor-esos días en que me encanta ser mujer-la incomunicación-el insomnio-las conversaciones clónicas-el quiero pero no puedo-el perder-las traiciones-los compromisos fastidiosos-la hipocresía-las simbiosis-la alergia-los dolores de cabeza-las llamadas de “número desconocido” every single day-los horarios de las pastillas-la llamada de Phill-la nostalgia-la domiciliación de pagos-el virus del ordenador-las cosas por hacer-las rozaduras hechas por los zapatos nuevos-las pop-ups de los cojones-los antojos incontrolables_irrealizables-el no poder salir de aquí-el sudor etc.…), se concentra en el cerebro y PUM! El Big Bang de la mala-leche.

[Necesito que pase algo (esta vez algo bueno, por favor!).]